La relación de pareja plena.

jueves, 13 de mayo de 2010
Por Gabriel de Velasco Vázquez y Valenzuela, Psicoterapeuta Corporal con especialidad en Constelaciones Familiares (Hellinger Sciencia).

No basta con un profundo amor para que la pareja viva en plenitud. Es fundamental que exista orden en la relación de pareja, de otra manera, lamentablemente está destinada al fracaso.

Gunthard Weber en su libro Felicidad Dual habla muy claramente sobre esta ley sistémica que Bert Hellinger sostiene en sus talleres, libros y entrenamientos: el orden sostiene al amor.

Por ejemplo, en un matrimonio predomina la relación de pareja sobre la familia de origen de cada uno de los cónyuges y sobre los mismos hijos. Por otro lado, cuando uno de los miembros de la pareja ya tiene un hijo con otra persona antes de relacionarse con la nueva pareja, el hijo ocupa el primer lugar.

Tanto en los talleres que impartimos como en el consultorio, me he dado cuenta de cómo se rompe el orden y por ende la calidad de la relación se deteriora cada vez en más parejas.

Un paciente me decía hace algunos años que él todas las tardes, al salir de su trabajo, se dirigía a la casa de sus padres a "darles una vuelta" y que no entendía por qué eso le resultaba tan molesto a su mujer "es mi familia..." decía con dramatismo. Y es que esta insistencia de darle prioridad a la familia de origen es esta frase silenciosa que atenta contra el nuevo sistema: “mis padres son más importantes que nuestra relación”.

Quizás algunos lectores podrán decir que hay otros conflictos más importantes que pueden dañar más a la relación, sin embargo, no hay nada más tóxico para la vida conyugal que el orden quebrantado.

Una paciente de 41 años reportaba que su marido le daba la razón en todo a su hija de 15 años, en discusiones familiares la contradecía y la humillaba frente a su hija, quien poco a poco comenzó a ganar terreno como la segunda al mando en casa, eso es un vivo ejemplo de cómo se puede romper el orden en el seno familiar.

Otro factor fundamental para mantener la armonía en la relación de pareja es el equilibrio entre el dar y el tomar; en el momento en el que éste sufre un desbalance comienza a haber conflictos; es necesario actuar de inmediato para lograr la reciprocidad. Bert Hellinger ha observado que por lo general el que recibe más en una relación de pareja, de amistad, de negocios, etc. termina por enojarse con el que dio más y abandona la relación. Esto es cierto y lo he observado con mis consultantes y en la vida misma.

Por ejemplo, un hombre desempleado que es mantenido por su mujer durante un largo tiempo lleva su frustración a al extremo de la proyección, se enfurece con su esposa y abandona la relación porque inconscientemente no soporta este desequilibrio. Tendrá entonces argumentos bien fundamentados para acusar a su pareja de lo que sea antes de reconocer conscientemente su responsabilidad en la situación.

Es vital el mantener el equilibrio entre el dar y el tomar en la relación, si la mujer recibe algo bello de su marido, la mujer le devuelve un poco más, entonces el hombre recibe algo aún más bello y se ve obligado a dar un poco más, así, en un equilibrio hacia el más: un círculo virtuoso de amor. Por el contrario, si el cónyuge le hace un daño a su pareja, el otro debe devolver el daño minimizado; lo hace en nombre del amor que siente por el otro o la otra. Al devolverle el daño minimizado le está diciendo “amor mío, me has hecho un daño y te lo devuelvo para mantener el equilibrio, pero, como te amo, el daño que te causo será mucho menor al que tú me provocaste”. Entonces la pareja recibe de regreso un daño menor al que provocó en un principio y se ve obligado a “devolver” todavía un daño mucho menor, así en un círculo virtuoso hacia el menos hasta que se diluya completamente la lesión emocional.

Algunas personas podrán asegurar que esto es imposible de hacer, no obstante, en mi vida personal mi esposa y yo lo practicamos y nos ha funcionado todos estos años; también les comparto que los consultantes que acuden a tiempo a terapia han salvado su matrimonio al conocer y practicar el orden y la reciprocidad en sus relaciones.

8 Características de las parejas que viven en plenitud.

1.- Trabajan los dos en su proceso personal. Saben perfectamente que hay puntos ciegos en nuestra personalidad que no vemos, y no es porque no queremos, sino porque están en la trastienda de nuestra psique. Acuden con regularidad a terapia individual antes de que las arenas movedizas de la desolación les lleguen al cuello.

2.- Le dan prioridad a su relación de pareja antes que a sus sistemas de origen. Tienen muy claro que familia es la que formas con tu pareja y tus hijos; tus padres y hermanos son tus familiares y están en segundo plano en tus prioridades emocionales y materiales.

3.- Le dan prioridad a su relación de pareja frente a sus hijos; están conscientes de que primero fueron pareja y luego padres; la ganancia para la seguridad psicológica de sus hijos en invaluable.

4.- Si uno de los dos ya tenía hijos con otra persona, el otro asiente con humildad a que primero está el hijo de su pareja y después el.

5.- Aceptan con que todos los conflictos son responsabilidad de ambos en un 50% cada uno y lo asumen con responsabilidad.

6.- Mantienen el equilibrio haciendo depósitos diarios en la cuenta emocional de la pareja dándose un espacio durante el día para el intercambio de “regalos” emocionales (abrazos, caricias, piropos, halagos, etc…)

7.- Cuando hay un daño no entran en una guerra sin cuartel lanzando bombas atómicas que aniquilan la relación, por el contrario, responsablemente devuelven el daño minimizado hasta que éste termina por diluirse.

8.- Evitan abusar de ellos mismos y de los demás, manejándose con honestidad. Son muy cuidadosos en no quitarle nada a su pareja ni a nadie (dinero, tiempo, pertenencias, ilusiones, sueños, autoestima, etc.)

Mantener el orden y el equilibrio en el dar y el tomar nos asegura relaciones más armoniosas por el bien de la vida en familia y de nuestra sociedad.

Más información en (477) 7174282; consultorio@centroconstela.com y en www.centroconstela.com

Gabriel de Velasco Vázquez y Valenzuela es psicoterapeuta corporal con especialización en terapia sistémica (Constelaciones Familiares) y Coaching Organizacional. Articulista, conferencista y consultor empresarial.

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